SEUR

          SEUR es una empresa de transporte. Su nombre es el acrónimo de Servicio UrgenteEl que se inventó el nombre se quedó a gusto. Ni urgente, ni muchas veces tan siquiera servicio...

          Mi primer contacto con esta compañía no fue precisamente como cliente. Sobre el lejano año 1998 Seur contaba con una plataforma en El Prat de Llobregat (Barcelona) donde por la noche, sobre las 23 horas, entraban a trabajar decenas de operarios con un contrato parcial y un sueldo incompatible con el concepto que yo tengo del término "digno" (si no recuerdo mal unas 50.000 de las antiguas pesetas por 100 horas mensuales, y eso que era horario nocturno). Ni siquiera tenían un contrato de plantilla, los contrataba una empresa de servicios externos, una suerte de E.T.T. pero en plan chungo. Por la época de la que os hablo, y las condiciones laborales descritas, ya os podéis imaginar que lo mejor que te podías encontrar entre ese grupo de trabajadores eran personas que, por causas adversas, se veían obligados a hacer extras fuera de sus verdaderos empleos. También había algunos que por sus hábitos o estilos de vida rozaban la marginalidad social. A la hora del café, en el comerdor rezumaba un olor a desdicha que tiraba de espaldas. Allí no se reía, no se hacían bromas y no se hablaba de fútbol. Si estabas allí es porque, por una causa o otra, estabas realmente jodido y con 50 personas jodidas el ambiente laboral no es como para tirar cohetes. De Seur había dos trabajadores, dos chusqueros que se dedicaban a deambular con las manos en la espalda y a observar. Si tenían que hacer alguna indicación jamás se dirigían directamente al interesado: llamaban a un encargadillo, a sueldo de la empresa de servicios externos, para que te pusiera las pilas él. Supongo que el encargadillo, como contraprestación por quedarse afónico todas las noches de los gritos que pegaba, se llevaría cuatro palmaditas en la espalda diarias, un complemento salarial y un hueso todos los viernes si había movido la cola lo suficiente. Mejor no os cuento como iban cargados vuestros bultos en los camiones. Solo os diré que si en vez de poner unas flechas indicando en que posición deben ir o la indicación "frágil" en vuestros bultos, pusierais una pegatina de Schin Chan o Doraemon daría exactamente lo mismo. No hace mucho, una alcaldesa anuncianba a bombo y platillo en las RRSS que Seur había abierto una delegación en el municipio que regenta, congratulándose por los puestos de trabajo que se iban a crear. Espero por el bien de los convecinos desempleados de esta alcaldesa, susceptibles de acabar trabajando en la nueva delegación, que las condiciones laborales hayan cambiado sustancialmente.

          Hace unos días mi esposa decidió aceptar una oferta telefónica de Jazztel y contrató la portabilidad de su línea móvil. La SIM la tendría que haber entregado Seur el viernes día 28 de diciembre. Me tiré tooooodo el santo día encerrado en casa esperando hasta que a las 19.24 me llamó Javier, del servicio lógistico de Jazztel, el cual me indicaba que Seur aseguraba que no había entregado la SIM porque yo a las 14:00 estaba ausente. Pensaba que era una inocentada, y no. Me propuso dos soluciones. La primera consitía en que yo mismo me pusiera en contacto con Seur, cosa que no acepté. Hay que remarcar que el número de teléfono de atención al cliente de Seur es un 902, de tarificación especial, y que lo más normal es que te atienda una locución que tras darte una explicación que ta va a dejar frío te va a colgar en las narices. Si tienes la suerte que te atienda un humano, tras comprobar su capacidad resolutiva acabarás deseando que te vuelva a atender la locución. La segunda opción que me ofreció Javier, de Jazztel, era reprogramar la entrega para el día 2/1. Pasando por alto que son 5 días de diferencia, el día 2 no hay nadie en mi casa por lo que tampoco pude aceptar. Le colgué y llamé al servicio de atención al cliente de Jazztel para cancelar la portabilidad. A Mónica, de "bajas" de Jazztel, le expliqué que yo podía entender que al repartidor se le complicara el día, pero que el procedimiento adecuado era que me llamara (que para eso tiene un número de contacto) y me lo explicara, no que me dejara esperando en casa a sabiendas de que no iba a venir y encima mintiera diciendo que yo estaba ausente. Tras aplicarme un descuento por las molestias, me convenció para darle otra oportunidad a Seur. La entrega de la SIM se tenía que realizar al día siguiente, sábado 29, por la mañana. A las 14:00 del sábado di por concluido mi arresto domiciliado, estaba claro que no iba a venir nadie. 

          Hoy lunes, 31/12, he vuelto a llamar a Jazztel a primera hora. La chica de "bajas" (disculpad, no recuerdo el nombre), me ha reconocido que tiene acceso directo al estado de mi envío y que tendría que haber salido en reparto HOY, pero que no había salido y que los más seguro es que lo entregaran el día 2/1. Pues va a ser que no. Cancelación al canto ("pero cuando vas a estar... déjame que te lo mire... bla bla bla..."). Al cabo de una hora el repartidor de Seur ya estaba en mi casa con la SIM en la mano. Todo un milagro, teniendo en cuenta que no había salido ni en el reparto del día.  Pero era tarde, ni estaba en casa ni ya me valía para nada esa SIM. Lo siento por el chico que la traía porque me ha llamado por teléfono y, a lo mejor siendo el que menos culpa tenía, se ha comido una buena bronca y se ha ido tal como ha venido.

          El sentido común, al menos el mío, dicta que lo más normal es que tras lo sucedido algún responsable de Seur me hubiera llamado para pedirme disculpas. Ya estaba sopesando la posibilidad, en caso de recibir la llamada, de hablarle como si fuera una locución, para que probara de su propia medicina. Pero solo soy una hormiguita. Y supongo que el responsable de cualquier Gigante con pies de barro debe tener demasiadas ínfulas como para pedirle disculpas a una simple hormiguita.

          Curioseando por una red social, me he dado cuenta que muchas hormiguitas somos clientes de algunos Gigantes (como Jazztel o Amazon, por ejemplo), y estos nos hacen llegar sus productos a través de Seur. Y por una cosa o por otra, todas las homiguitas nos sentimos maltratados y desatendidos por esta agencia. Quizá ya va siendo hora que todas las hormiguitas frotemos nuestras antenas, nos pongamos de acuerdo y le digamos a esos Gigantes que no vamos a comprar ni un solo producto más si la entrega nos la va a efectuar una agencia que, como consumidores, nos maltrata y abusa de nosotros. Porque no es lo mismo que un montón de hormiguitas indignadas que tres o cuatro Gigantes que ven como pierden clientes por culpa de Seur.

          Yo, por mi parte, lo tengo claro: por hacerme perder el tiempo (y la paciencia) encerrado en mi casa, por mentirme, por incomunicarse conmigo, por tener un número de atención al cliente de tarificación especial, por atender con locuciones... Seur nunca más!!! No quiero acabar la entrada sin tener una mención especial al actor secundario de esta historia: Jazztel, que tras tres largos años de una insistencia telefónica, que en algunos casos ha rozado el acoso, para convencer a mi esposa que portara esa línea móvil a su compañía, se ha quedado sin cliente por elegir mal la agencia de transportes con la que trabaja.

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